Zocodover. Homenaje Comuneros 2011

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domingo, 14 de diciembre de 2014

La destrucción de una Nación: Situación en el norte de Castilla (y II)


Y si la situación en el sur no es buena, en el norte no es mucho mejor. Al menos en parte de Castilla-La Mancha y de Madrid , muy tímida y minoritariamente , surgen voces, y no sólo en el castellanismo político o cultural que reivindican más Castilla (en el caso de clm) o recuperar nuestra identidad sustraída (en el caso de Madrid).
Al norte de la Sierra de Guadarrama, por contra a lo que muchos pensábamos en el sur, la cosa tampoco pinta bien. A pesar de que tanto oficiosamente como a nivel popular la mayoría de españoles y castellanos identifican a Castilla con la actual Comunidad autónoma de Castilla y León. La realidad, desde mi modesto punto de vista es la que sigue :
En Cantabria, sólo algunos mayores recuerdan a Santander como “el mar de Castilla” o “La montaña” .Décadas de regionalismo y reinvención de la Historia han conseguido prácticamente descastellanizar la provincia. La mitificación de un pasado prerromano completamente desaparecido o de un breve Ducado visigodo parece tener más peso que siglos de Historia común con el resto de Castilla. Así se llega a la paradoja de que la cuna de Castilla se encuentre fuera de la Castilla “oficial”. Y no hablaremos hoy de ciertos personajes súper-populares que “parieron” el invento antes de ser famosos mundialmente por llevar anchoas a la Corona. Personajes provenientes, curiosamente, del Régimen franquista. Tampoco hablaremos del interés que en la transición tenía el nacionalismo vasco porque Cantabria se segregase de Castilla la Vieja, como está bien documentado.
Ese interés vasco por no tener frontera con una Castilla fuerte también motivó la secesión de la Rioja.
Rioja que, al igual que media Cantabria, aparece en los mapas del primer nacionalismo vasco. Rioja que sustenta sus señas de identidad en el vino, la prosperidad económica y estar en el Valle del Ebro (al igual que Cantabria en su clima y paisaje netamente oceánicos) . Eso es todo. 40 tantos años de regionalismo han podido sobre siglos de Historia común (igual que en Madrid los “intereses nacionales” y 30 años de reinventar la Historia han podido con 9 siglos de castellanidad y muchos más de “toledanidad”) .Sólo señalaré que también es paradójico que nuestro idioma castellano naciese o se forjase en buena parte en la Rioja, es decir, fuera de las fronteras de la Castilla oficial. Medítese.
¿Y qué pasa con la comunidad autónoma con mayor “pedigrí” castellano? (o al menos, insisto, así se ven y los ven sus habitantes)
Castilla y León: ya sólo el nombre debería dar repelús no sólo al estudioso de la Historia. Es la única autonomía bicéfala, lo que queda reflejado en la misma conjunción “y”. Construida sobre  la unión forzosa (nuevamente en nombre de “razones de Estado” como dijo el leonés Martín Villa) de la región histórica de León y los restos de Castilla la Vieja, una vez despojada de Logroño y Santander.
Y mientras que en CLM se ha creado una identidad mancheguizante sobre mitos quijotescos y vinícola-queseros, en Cantabria sobre un comic a lo Asterix, en Rioja sobre el vino y la horticultura…en CyL se han apropiado, sí, ese es el verbo apropiado, de la Historia del Movimiento de las Comunidades de Castilla (o Comuneros de Castilla). Curiosamente, revolución que nació en Toledo (ahora Castilla-La Mancha) y que resistió heroicamente en la ciudad del Tajo una vez que Padilla, Bravo y Maldonado fuesen ejecutados tras Villalar.
Parece que sólo hubo comuneros en CyL gracias a la labor desinformadora de instituciones como la Fundación Villalar. Y encontrar una bandera roja carmesí de Castilla (o morada, aunque el tema del color de la bandera hoy no vamos a hablar) es tan difícil en Burgos como en Toledo o Madrid.
Y luego está la espinosa “cuestión leonesa”. León tiene una identidad diferenciada, una Historia como Reino antes que Castilla. Los movimientos leonesistas y cada vez más castellanistas lo tienen claro: León tiene derecho a seguir su propio camino al margen de Castilla. En cambio, para otros castellanistas la Historia de León y Castilla va unida definitivamente desde el s. XIII y es más lo común que lo que separa. Por no hablar del sentimiento castellano mayoritario en Salamanca y en parte de Zamora, tras décadas de “castellanización” cultural : No olvidemos que para mentes preclaras como las de Claudio Sánchez Albornoz, Julio Valdeón o los integrantes de la Generación del 98 , la Castilla “auténtica” se identifica con la meseta norte. Y hasta hoy.
En fin, que en medio de este berenjenal y con la incomprensión de la mayoría del personal (cuando no la hostilidad abierta) los castellanistas intentamos salir del ghetto en el que los poderes fácticos, mediáticos y políticos nos han desterrado, con la innegable ayuda de la ignorancia y el desinterés de la mayoría de castellanos (y castellanas), más preocupados de su provincia, su pueblo, España (toda menos las provincias castellanas limítrofes), el Mundo mundial o la Vía Láctea.
Unos nos llaman utópicos, otros directamente nos miran como marcianos. Para los españolistas torrentiano-nadalianos, hoy día mayoritarios en nuestras tierras, somos nacionalistas y por lo tanto separatistas y malos . Para las izquierdas internacionalistas y españolistas,  las mal llamadas “nacionalidades históricas” tienen todos los derechos habidos y por haber, pero Castilla es una cosa del pasado, de los Reyes Católicos y Franco, y por lo tanto facha y mala.
Pero, a pesar de todo, nos mueve una convicción. Y un sentido del deber. Si nosotros nos rendimos, se habrá perdido la Esperanza para nuestra Madre Castilla, y posiblemente para su desagradecida hija España.