Zocodover. Homenaje Comuneros 2011

Zocodover. Homenaje Comuneros 2011

domingo, 13 de agosto de 2023

Entrevista a los Hermanos Cubero (de la web de la Asociación Castilla)

 Artículo original publicado por la Asociación Castilla el 26/02/2016



Entre los objetivos de la ASCCAS está el promover, apoyar y dar a conocer las manifestaciones culturales castellanas. En el caso de la música, iniciamos recientemente una sección de entrevistas a músicos castellanos “con raíces”. La primera entrevista fue a Vanesa Muela, investigadora e intérprete de música tradicional castellana. En esta ocasión cambiamos radicalmente de estilo, con un dúo muy peculiar pero que desde nuestro punto de vista enarbola orgullosamente la bandera de la música castellana. Consiguiendo algo novedoso y muy loable, como es haber acercado dos mundos aparentemente diferentes como son el de la música norteamericana  y el folk castellano.

Pregunta. En primer lugar, Hermanos Cubero, gracias por concedernos esta entrevista.

Respuesta: Gracias a vosotros por vuestro interés.

P. Naturales de Guadalajara y afincados en Barcelona. Interpretáis un estilo único, entre el bluegrass de Tennesse y las dulzainas castellanas, influidos por “monstruos” tan distintos (y distantes) como Agapito Marazuela y Bill Monroe. La verdad es que el folk americano, con raíces en Irlanda y otras partes del continente europeo, y el folclore castellano o de otros territorios de la Península Ibérica tienen mucho más en común de lo que el profano puede pensar. No obstante, lo de interpretar música pensada para dulzaina y tamboril con mandolina y guitarra acústica no es algo que se vea todos los días. ¿Cómo se os ocurrió tal fusión? Porque os lo habrán preguntado mil veces (risas)

R. Bueno, para nosotros no es tal ocurrencia. No lo consideramos ningún experimento. Es simplemente tocar melodías que nos gustan con nuestros instrumentos. Hace tiempo leí a James Burton algo así como que si tratas a una guitarra como una guitarra, tocarás la guitarra, si la tratas como un instrumento de música, harás música. El objetivo es desprenderse de cualquier tipo de barrera, que normalmente es uno mismo quien se las impone.

El repetorio de dulzaina (y resto del repertorio tradicional, ya puestos) es una fuente inagotable de piezas que nunca dejan de sorprender y que tenemos la suerte de tener a nuestro alcance gracias al trabajo de muchas personas que se han preocupado de recuperar y mantener, y que además ahora es más accesible que nunca gracias a que se puede consultar la fonoteca de la Fundación Joaquín Díaz on-line a traves de Wikimedia Commons, ¡y eso es algo que no lo paga todo el dinero del mundo!



Los Hermanos Cubero. Fotografía de Albert Badia



P. Habéis tocado ante auditorios bastante distintos también. Es lógico pensar que no es el mismo público el que os va  a ver a la Sala el Sol de Madrid “teloneando” a Víctor Coyote que el que asiste a un festival folclórico en Segovia. En vuestros conciertos hemos tenido ocasión de ver desde rockers de tupé y patillas hachudas hasta jóvenes melenudos aficionados al folk metal. Y, habéis logrado superar la sorpresa de muchos consiguiendo el aplauso de propios y extraños (esto lo puede corroborar el entrevistador, en calidad de público) ¿Cuáles han sido vuestras impresiones al actuar en “tierra de folkies” por decirlo de algún modo? ¿Alguna anécdota o algo que nos queráis comentar?

R. En última instancia la música trata de sentimientos y relaciones, y en eso somos todos iguales. Puede que algunas personas vengan a vernos por los instrumentos acústicos, otras por la estética, otras por que le recordemos a tal o cual canción de su pueblo o por los matices de tal o cual influencia, o cualquier otro motivo. Pero para nosotros, se trata de comunicar  la historia que cuente cada canción de la manera más sencilla y directa posible para que cualquier persona pueda sentirse identificada con el mensaje. Si las personas nos despojamos de lo accesorio, somos todos iguales. Pues bien, creemos que con las canciones pasa lo mismo independientemente del estilo. De esa manera el mensaje debería llegar a cualquier persona que tenga cierta predisposición.

P. Vuestro primer disco, “Cordaineros de la Alcarria” fue una impecable combinación de versiones (“la entradilla” de A. Marazuela, el romance de la Molinera y el Corregidor…) y temas propios. De letras tan brillantes como la que da título al álbum o árbol de vida. En el caso de la música tradicional que versionáis, habéis sabido combinar a la perfección el lenguaje tradicional castellano con el  del bluegrass. Esa misma línea siguen vuestros trabajos posteriores, “Flor de canciones” y “A Burrasca Perdida”, aunque también tenéis la virtud de acercaros a estilos tan dispares como la habanera o la jota sin despeinaros. ¿Hay algo que os apetezca hacer? ¿Algún cambio o alguna evolución sorprendente?

R: Muchas gracias. Muy amable. Nos apetece hacer millones de cosas pero son las circunstancias las que nos guían. Cambio o evolución, el tiempo lo dirá. Esperamos vuestras impresiones cuando escuchéis nuestro nuevo álbum.

P. Toda vuestra discografía está impregnada de cierta “morriña” por la Alcarria (si me permitís el galleguismo): “A Orillas del Henares”, “Cordaineros de la Alcarria”, “En la Alcarria para siempre.” En ese mismo sentido, muchas de vuestras canciones (“Es usted de Castilla”, “Pasa el Mielero”) son auténticos cantos de amor a la tierra en que crecisteis impregnados de cierto sentimiento de orgullo. Hoy día, que parece que ser castellano no está de moda o no está tan bien visto en las provincias castellanas, ¿creéis que el ser emigrante en otras tierras ayuda a sentirse de Castilla o castellano? ¿O para darse cuenta del abandono de nuestra tierra? No sé, ahí lo dejo. Y en relación a esto, ¿cómo se ve desde esa Cataluña que tan bien os acogió el reivindicar el folcore castellano y traducirlo al idioma bluegrass?

R: Te contesto con dos frases hechas: Hay que mirar las cosas con perspectiva. No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes. Sin duda vivir lejos de la tierra natal hace que la idealices, cosa que está muy bien para dar ese halo de romanticismo a las canciones. Pero vuelvo al tema de antes, lo importante es el fondo de las canciones, la esencia. Puede que el amor a la tierra natal sea solo una herramienta más a utilizar a la hora de intentar expresar quién y cómo eres y de qué manera sientes que debes relacionarte con la gente que te rodea. Todo el mundo es de algún sitio y ese sentimiento es el mismo, seas de donde seas. No me refiero a política territorial o cultural, me refiero al sentimiento desnudo de intentar saber de dónde vienes para intentar disipar la incertidumbre de hacia dónde vas. Nosotros somos de Castilla y es lo que conocemos y a lo que cantamos, pero el sentirse de tu lugar es un sentimiento universal, sea cual sea ese lugar.


Respecto a la última pregunta, creemos que la acogida a nuestra propuesta musical ha sido buena, Cataluña es un país muy abierto, receptivo y hospitalario. Han contado con nosotros para participar en algunos de los mayores festivales que se hacen en Cataluña, como el BAM, el Festival de Jazz de Barcelona, el Barnasans, la Fira Mediterrània, y eso da una idea de la apertura cultural del país.

P. A nivel personal y como músicos a día de hoy, ¿estáis al día de lo que se “cuece” en el campo de la música tradicional? ¿Y en el mundo del rock and roll más “revival”?

R: Intentamos estar informados. Pero estamos más atentos al circuito folk que al circuito del rock.

P: Y en marzo, nuevo disco. ¿Algo que queráis compartir con nuestros simpatizantes, socios y vuestros cada vez más numerosos seguidores?




R: Sí. 19 de marzo. Arte y orgullo. Dejemos que las canciones hablen por sí mismas.


https://loshermanoscubero.bandcamp.com


Aquí os dejamos un tema de anticipo del disco:






https://www.asc-castilla.org/castilla/folclore-y-etnografia/entrevista-a-los-hermanos-cubero/#:~:text=P.%20Gracias%20por,INICIAR%20SESI%C3%93N


viernes, 3 de febrero de 2023

CASTILLA, CULO DE ESPAÑA

EL DÍA DE CASTILLA, CULO DE ESPAÑA. (Abril 2009). Artículo de opinión de Pedro de Hoyos en SIGLO XXI Diario digital.


Hoy es 23 de abril, fecha que recuerda la derrota de los Comuneros de Castilla en una de las más definitorias páginas de la Historia de España. Es la fiesta de Castilla y León y de Aragón. Sin embargo en los telediarios esto no ocupará más que unos breves segundos en el cierre del noticiario. Previamente, ocupando largos minutos en el centro de los informativos, nos ilustrarán con amenas imágenes de la celebración del día de la bella costumbre catalana de regalar un libro y una rosa en el día de San Jordi, amable costumbre que deberíamos imitar en el resto de España.


La anécdota es significativa de lo poco que Castilla pinta en esta España de las autonomías. Si Castilla junto a Aragón fue la clave de la unión de diversos reinos en uno solo, el pago que recibe es el olvido absoluto. Castilla vivió más siglos independiente que los que lleva unida a España, pero esa unión ha servido, (sin hablar de atraso, despoblación y envejecimiento) para que Castilla fuera troceada en cinco autonomías de la señorita Pepis, autonomías de segunda, inservibles, ineficaces y poco competitivas.


El Castellano nació en lo que hoy es La Rioja y por algo se llamó Castellano y no Riojano, Santander siempre fue el puerto de Castilla. Sin embargo ambas forman ahora autonomías uniprovinciales diferenciadas. Cabeza de ratón, vaya. Por otra parte, si Madrid no es Castilla, ¿entonces qué diablos es...? Y respecto a la invención política de Castilla-La Mancha... ¿Por qué no se sacaron de la manga también una Castilla -La Tierra de Campos o Castilla-La Alcarria?


Pero eso podemos igualmente trasladarlo a la actualidad: Andan todos los medios informativos poniéndonos al cabo de la calle de las circunstancias políticas de Euskadi, de Galicia, de Cataluña... pero casi nadie fuera de Castilla y León conoce ni de lejos el nombre de nuestro presidente autonómico (incluso pocos castellanos y leoneses lo conocen), es muestra del poco peso político y de la nula influencia que los castellanos, germen de España, tenemos en ella. Somos unas autonomías "cuchara": ni pinchamos ni cortamos.


Y si hablamos de actualidad hemos de hablar de la financiación autonómica e imprescindiblemente debemos aludir al chollo constitucional que tienen el País Vasco y Navarra, prueba irrefutable de que no todos los españoles somos iguales ante la Ley, así como a la financiación catalana, una vez conseguida la relación bilateral con el Estado. ¿Por qué unos españoles tienen privilegios que otros no tenemos? ¿En nombre de qué democracia se otorgan beneficios a unos que no a otros ciudadanos? ¿En esa "megasuperfinanciación" que Cataluña va a conseguir se descontará lo que los políticos catalanes gastan en embajadas en el extranjero? Que se sepa Cataluña no tiene competencias para ello pero bien que se gasta sus millones. O en potenciar la lengua de los indios jíbaros, de lo que sin duda el ciudadano medio catalán sacará enorme provecho en su vida cotidiana. O en las siempre deficitarias televisiones autonómicas catalanas (E incluyo también la de Castilla-La Mancha; Castilla y León no tiene televisión autonómica pública sino privada).


Sí, sé que estoy siendo superficial al abordar los temas sin profundizar en ellos por falta de espacio. Y por supuesto no se me olvida la enorme responsabilidad que tienen nuestras propias autoridades y los mismos castellanos en esta situación. Desde Franco, con quien empezó la emigración y el despoblamiento, pasando con los responsables "regionales" del PSOE que lejos de imitar a sus hermanos catalanes, vascos o gallegos aceptan cabizbajos y sumisos todo lo que diga "Ferraz", hasta los repetidos gobernantes del PP, que una y otra vez se turnan en el gobierno autonómico sin conseguir jamás el objetivo de subir a Castilla a la primera división en la toma de decisiones nacionales.


Los castellanos somos el culo de esta España hecha, cuando la famosa Transición, a la medida de unos cuantos, quizá si tuviésemos un partido político propio con el que presionar al Gobierno de todos, con unos parlamentarios cuyos votos fuesen decisivos, otro gallo nos cantaría, quizá se nos tendría en cuenta a la hora de tomar decisiones.

viernes, 2 de diciembre de 2022

La bandera arriada. Poemario por Juan Carlos García Hoyuelos

 El 15 de septiembre, día del nombre de Castilla,

"Hace muchos años que no se publica un libro sobre Castilla. Al menos sobre la ausencia de la Castilla entera y pura. Por fin y tras este largo silencio de años, ha llegado el juglar que necesitábamos. Él quizá ayude a que nuestro pueblo tome conciencia de sí mismo y de su destino.


Castilla no tiene poder. Castilla no existe, pero a partir de ahora se hablará más de ella. Porque ya tenemos al menos quien la cante. Si ellos tiene el poder, nosotros tenemos la Poesía. Por tanto nuestro eterno agradecimiento a Juan Carlos García Hoyuelos. Desde hoy Juglar de Castilla.

Libro imprescindible para todo castellano amante de su tierra, de su identidad y de su Poesía." (A Zapata de Castilla) 



A continuación transcribimos la reseña publicada en la web de la Asociación Socio-Cultural Castilla 



Autor: Juan Carlos García Hoyuelos

218 págs.
ISBN: 978-84-17634-82-7
Ediciones Beta III Milenio
2021

Se ha publicado recientemente el poemario castellanista «La bandera arriada», escrito por el poeta burgalés Juan Carlos García Hoyuelos. El libro cuenta con la participación de la Asociación Castilla en forma de una extensa entrevista de aproximadamente 30 páginas. Desde estas líneas queremos agradecer al poeta haber pensado en la Asociación Castilla como altavoz de la causa de la unidad castellana. En dicha entrevista, el poeta interpela a la Asociación sobre diversos aspectos de la cuestión regional en la actualidad: cómo hemos llegado a la situación actual, cuál es la visión de la Asociación sobre diversas cuestiones de la realidad castellana, y los mimbres para el futuro: cómo devolver la dignidad y la unidad a nuestra tierra.

El libro puede adquirirse a través de diversas plataformas. En este sentido, indicamos aquí el enlace a la unión de librerías Todos tus libros, desde donde recomendamos adquirir la obra para favorecer el pequeño comercio y las librerías tradicionales.

https://www.todostuslibros.com/libros/la-bandera-arriada_978-84-17634-82-7

La obra incluye también un CD con algunos de los poemas del libro a los que se ha puesto música y voz a cargo de diversos artistas, con un resultado realmente espectacular.


domingo, 25 de septiembre de 2022

Ser y Razón de lo Castellano (6 de 7): Falseamiento y anulación del ser y la personalidad de Castilla

 


Ser y Razón de lo Castellano (6 de 7): Falseamiento y anulación del ser y la personalidad de Castilla
Publicado originalmente en Breviario Castellano  el lunes 18 de febrero de 2008


 ( http://breviariocastellano.blogspot.com/2008/02/ser-y-razn-de-lo-castellano-6-de-7.html ) 

Nos vamos a referir, seguidamente, al proceso histórico de falseamiento y anulación del ser y la personalidad del pueblo castellano.

La Castilla original y auténtica fue desnaturalizada. A mediados del siglo XIII, concretamente en la unión definitiva de las coronas de Castilla y de León que se produce en 1230 en la persona de Fernando III, se inicia un largo proceso de falseamiento y anulación de la personalidad castellana.

En esa unión de las dos coronas se ha querido ver una afirmación de la primacía de Castilla en la historia de España, una consolidación definitiva del poder castellano frente a los demás pueblos españoles.

La realidad es muy distinta. La nueva monarquía no es ya castellana, aunque comprenda el territorio de Castilla. En la larga relación de reinos que la componen en aquel momento histórico – Castilla (con los Señoríos de Vizcaya, Álava y Guipúzcoa, y Molina de Aragón) León, Galicia, Asturias, Extremadura, Toledo, Córdoba, Jaén, Sevilla, Granada y Murcia – ciertamente Castilla figura en primer lugar, sin duda porque fue la primera corona que heredó Fernando III, pero no hay un predominio de Castilla sino que, por el contrario, son los ideales, instituciones, esquemas sociales y espíritu señorial de la monarquía de León los que imprimen su carácter a todo el conjunto del Estado. Ya lo dijo certeramente el ilustre historiador catalán Bosch-Gimpera: “Aquella monarquía, a pesar de llamarse castellana, era propiamente ajena a Castilla, representaba la tradición visigoda a través de la monarquía leonesa y polarizaba a menudo en torno a empresas extrañas al verdadero espíritu castellano, fuerzas que lo desviaban de la trayectoria de sus raíces”.

La acción de los reyes de la nueva monarquía global se orienta a la descalificación del régimen popular castellano – la primera democracia que se había dado en Europa - , y a su paulatina suplantación por un régimen unitarista y señorial.

El Estado no es castellano ni se castellaniza. Simplemente secuestra el nombre de Castilla, pero su actuación es claramente opuesta al genio castellano. Rebasada la línea del Tajo, las grandes conquistas de Fernando III, la expansión por la Mancha, Extremadura, Andalucía y Murcia y los conflictos sucesorios, determinan la creación de enormes señoríos territoriales concedidos por los reyes en propiedad y jurisdicción a las grandes familias y a las Órdenes Militares, unas veces por vía de recompensa de servicios y otras como precio de su parcialidad en las discordias intestinas. Es decir, justamente el esquema contrario al planteamiento popular de la colonización castellana. La nueva monarquía exporta a esas fronteras – más tarde a América – el sistema feudal propio de las estructuras del reino leonés, e incluso, lo que fue más grave para los castellanos, en el mismo solar y corazón de Castilla – como ha denunciado el maestro Sánchez-Albornoz – llega a otorgar a los nobles sistemáticamente villas, tierras y jurisdicciones, cercenando las comunidades populares, expropiando los poderes concejiles, absorbiendo las propiedades libres y, en suma, destruyendo la sustancia democrática del país.

La política de los reyes de León-Castilla, apoyada en grandes señores, se orienta concienzudamente a restringir los derechos forales y la autonomía tradicional de las comunidades castellanas. Es un largo proceso que concluirá a fines del siglo XV con la destrucción de los concejos y la anulación del estado castellano pluralista, sustituido por la monarquía unitaria y centralizadora. La revolución comunera yugulada en 1521 es, en uno de sus aspectos, el último y desesperado esfuerzo de los castellanos para recuperar los derechos y libertades de la antigua tradición democrática de Castilla.

Un momento clave en este proceso va a ser la entrada de la Casa de Trastámara. En la guerra civil que lleva al trono a Enrique II, el rey Pedro, llamado el Cruel por los vencedores, estuvo apoyado por las Comunidades, mientras que la nobleza apoyó a Enrique, el bastardo. Pues bien, Enrique, que ha pasado a la historia con el título de “el de las Mercedes” repartió las Comunidades de Villa y Tierra entre la Nobleza que le había apoyado. Golpe decisivo contra las Comunidades y las libertades de los Concejos.

Así, Enrique II “el de las Mercedes” entregará Soria, Almazán, Monteagudo, Deza y Atienza, como recompensa, al hombre decisivo que le llevó al trono, Beltrán du Guesclin. La Comunidades de Soria conseguirá pronto liberarse y volver a ser de realengo; pero la mayoría de las Comunidades caerán definitivamente en manos de la Nobleza.

Aunque las Comunidades lucharon por no salir de la jurisdicción real, poco a poco, la Nobleza va imponiéndose a contrafuero sobre la mayoría de los Concejos comuneros. Esto se efectúa en detrimento del señorío de la Corona y daño de las Comunidades que pierden libertades y patrimonio colectivo. En las Cortes celebradas en Burgos el año 1367, el rey otorga algunas peticiones de los representantes que “pedían por merced que diésemos los dichos oficios a hombres buenos de las ciudades e Villa e lugares a pedimento de los Concejos que los pidiesen, y que no las diésemos a hombres poderosos ni que fuesen nuestros privados...”

A ello se acogió el Concejo de Madrid, al año siguiente, logrando que le fuera restituida la dehesa de Tejada y algunas aldeas usurpadas. Dicha dehesa había sido dada por el rey a “Ximén López”, nuestro Montero”. Sin embargo, al año siguiente, el mismo rey Enrique expide carta de donación de los pueblos de Alcobendas, Barajas y Cobeña a favor de Pedro González de Mendoza, mayordomo mayor del infante Don Juan, su hijo.

Como prueba del interés de las Comunidades por conservar su integridad territorial y su libertad bajo la jurisdicción realenga, son especialmente significativas las manifestaciones del Concejo de Madrid en el ayuntamiento celebrado en 1470. Donde afirman que:
“nos serán ni consentirán en que en esta Villa ni en sus términos e lugares e jurisdicción e propios, ni parte de ellos, sea enajenado en ninguna persona que sea por título de donación o merced...” añadiendo que, si por imposición así fuera, prefieren el exilio: “En el caso que tanta fuerza del Rey o de armas les viniere a que no lo puedan resistir, que ellos e cada uno de ellos, dejará la dicha Villa e se saldrá della e de sus arrabales a vivir e morar como hombres que desean vivir en libertad”... ¡He aquí el viejo espíritu castellano que prefiere el destierro a la sumisión desde los lejanos días de Mío Cid!

La imposición de la Nobleza, y posteriormente de los Corregidores, funcionarios que cada vez más van abandonando los fueros propios de las Comunidades para imponer el fuero real, contribuirán decisivamente al proceso centralizador y uniformador. La oposición popular a este extraño órgano de poder, se manifestará en muchas ocasiones, y especialmente con ocasión de la Guerra de los Comuneros. En los capítulos que la Junta Santa de la Comunidad ordena en 1520 y remite a Flandes para que sean confirmados por el rey, reinserta, en el cuadro de derechos y libertades que las comunidades reivindican, la petición de que “de aquí adelante no se provea de Corregidores a las ciudades y villas destos reinos, salvo cuando las ciudades e villas e comunidades de ellos lo pidieren; pues es conforme a lo que disponen las leyes del reino”

La derrota de los Comuneros marca, ciertamente, otro momento muy grave en el declinar del ser de Castilla. Pero, ante todo conviene observar que el nombre con que este acontecimiento político y social ha pasado a la historia es inapropiado y muy confundidor, porque el alzamiento no se limitó a Castilla y a sus tradicionales comunidades de ciudad o villa y tierra, sino que se extendió también por los reinos de León y de Toledo, así como por Extremadura y Murcia, aunque con muy distinto significado e intereses. También en Valencia y en Mallorca, se produjeron profundas conmociones políticas y sociales.

Las consecuencias de la llamada Guerra de las Comunidades fueron especialmente catastróficas para los vencidos de todos los lugares de los reinos de León y de Castilla, donde hubo fuerte oposición al emperador, y especialmente para las auténticas comunidades castellanas de ciudad o villa y tierra.

El movimiento de las “comunidades” se ha interpretado de muy diversas maneras según la época y el pensamiento político de los opinantes. Para unos esta rebelión fue una protesta nacionalista por la entrega del país a intereses extranjeros; para otros, una manifestación del descontento porque el nuevo rey otorgaba los principales cargos y las más jugosas prebendas a los forasteros de su séquito de flamencos; para los de más allá, un estallido de contiendas entre nobles por el predominio de su casa en la respectiva comarca; para la pequeña nobleza, los caballeros y el bajo clero, una reclamación frente a la prepotencia abusiva de los grandes magnates y prelados; para los países de auténtica tradición comunera, un intento de recobrar los viejos derechos y libertades perdidas; para los obreros de los diferentes oficios y las clases oprimidas, una revolución que los libraría de su miserable condición. Y de todo hubo en aquellos complicados acontecimientos políticos y sociales que hoy parecen aún más enredados por la confusión indiscriminada con que se presentan como una sola entidad reinos, países, pueblos e instituciones diferentes.

Para algunos autores el fracaso de los “comuneros” supuso la ruina de las Cortes y de los concejos democráticos; pero ya hemos visto que la consolidación del absolutismo real y la decadencia de las Cortes y de los Concejos ya se había iniciado mucho antes, fue acelerada por los gobernantes de las dinastía de los Trastámara y de hecho consumada por los Reyes Católicos.

El gran triunfador de aquel 23 de abril de 1521, dice Joseph Pérez, no fue tanto el poder real como la aristocracia, amenazada en su función política y desafiada como potencia económica y social.

Villalar, por todo lo dicho, tiene una significación histórica supranacional, pues afectó a varios reinos o pueblos de España. Por tanto, es una gran manipulación histórica la pretensión de identificar la celebración de Villalar como día de la región del Duero, lo que ahora se llama “Castilla y León”, que si bien incluye todo el antiguo reino de León, no incluye sin embargo toda Castilla.

Continuará, sin embargo, la vida de las Comunidades de Villa y Tierra, sobre todo en el aspecto económico. En la mitad del siglo XVIII, y en un pleito entablado en el lugar de Tarancueña (Soria), donde yo nací, se demuestra que seguía vigente en la Tierra de Caracena a la que pertenecía, el Fuero de Sepúlveda o de Extremadura, aunque, finalmente, se impuso la ley general uniformadora en la Cancillería de Valladolid.

Las leyes desamortizadoras del siglo XIX no alcanzarán solamente a los bienes de la Iglesia, sino también a los bienes comunales (de comunidades y de aldeas), perdiendo las Comunidades de Ciudad o Villa y Tierra , además del poder político y los fueros, el rico patrimonio que aún poseían.

Poco se salvó de aquel general expolio, yendo a parar el patrimonio comunitario a manos de una burguesía extraña al territorio, o al cacique, y siendo en otras ocasiones comprado en fuerte sumas de dinero por la propia Comunidad o la aldea. En ambos casos, el resultado es la ruina de las Comunidades y sus Aldeas.

La división provincial de 1833 y la supresión subsiguiente de las Comunidades de Villa y Tierra acabaron, definitivamente, con esta institución esencial que define el ser y la personalidad del pueblo castellano: Las Comunidades de Ciudad o de Villa y Tierra.

Las aldeas quedaron, así, recluidas en su individualidad, sin defensa ninguna ante el centralismo estatal y provincial, y a merced del cacique más fuerte. Faltas de comunicaciones y perdidos todos los servicios, mal pagados los productos del campo y faltas de unidad para la defensa de sus intereses, las aldeas se han ido muriendo en su soledad.

Inocente García de Andrés
Socio fundador de tierra CASTELLANA
Miembro fundador de Comunidad Castellana.

lunes, 2 de mayo de 2022

2 de mayo: Madrid es Castilla

Publicado originalmente en el blog "Madrid es Castilla" https://madridcastilla.wordpress.com/2021/05/01/2-de-mayo-2021-madrid-es-castilla/


Durante mucho tiempo el castellanismo ha vivido ajeno a Madrid y a su provincia. En un ejercicio de seguidismo de los nacionalistas periféricos, incluso algunos se han sumado a la madrileñofobia. Obviando que ésta es otra simple rama de la castellanofobia que anida en algunos territorios peninsulares. En definitiva, algunos castellanos son los tontos útiles de quienes siempre han estimado a Castilla como su enemiga. Y en buena medida su enemiga es, dado que una Castilla unida jamás toleraría el trato colonial que recibe de las burguesías central y periférica. Por otro lado, algunos jamás hemos entendido ese cerrilismo estúpido basado en reivindicar como castellano al  Reino de León y obviar a Madrid y en menor medida a La Rioja y a Cantabria. Cuando estas 3 provincias aportarían mucho más a una Castilla unida que León, Zamora o Salamanca. De ahí que algunos hayamos pensado hace tiempo que determinados «castellanismos» no son tales. Sino obstáculos puestos adrede para frenar cualquier resurgimiento castellano, que ponga en cuestión no solamente el actual sistema autonómico, sino el propio Régimen del 78. El cual se basa entre otras cosas en la negación sistemática de Castilla y todo lo castellano.


Algunos parecen ver solamente a Madrid como una especie de aspirador que devora todo lo que tiene a su alrededor. Por un lado es así pero hay que ver un poco más allá. Hace unos años decía el Alcalde de Segovia que ellos miraban a Madrid y no a Valladolid. Esa frase resume esa realidad que no se quiere ver, cuando se adopta el punto de vista de quienes tienen interés en que Castilla siga dormida. Y es que Segovia vive de Madrid. A Madrid le debe su desarrollo y que algunos de sus pueblos hayan crecido en habitantes, gracias a esa población madrileña que ha decidido fijar su residencia fuera de la autonomía de Madrid. Y si hablamos de Segovia, lo hacemos también de Guadalajara, Toledo o Ávila. Los hechos son así de tozudos. Incluso  los polígonos industriales más importantes de estas provincias son los que se sitúan más cerca de Madrid. Por otro lado y como ya hemos dicho, no solamente «ambas Castillas» son los lugares donde muchas veces los madrileños eligen para fijar su residencia. Es que además son los lugares favoritos donde adquirir una segunda o donde viajar para olvidarse de una Villa y ciudades saturadas y a veces invivibles. Algo que supone una gran esperanza para esa «España despoblada» que encubre en realidad a la Castilla muerta.


Este año tenemos en Madrid una doble celebración. Por un lado el ridículo aniversario de una autonomía que los madrileños nunca pidieron y cuyo Estatuto nunca votaron, remezclado con el hecho histórico de la Guerra de la Independencia contra los franceses. Que en realidad debería ser una celebración a escala nacional y no solo de Madrid. Por otro, la celebración de unas elecciones autonómicas, donde se está hablando de casi todo, menos de los problemas reales de los madrileños. Y aquí tenemos dos vertientes. Por un lado los problemas de una Capital saturada y cuyo único plan de desarrollo es crecer sin medida para ser una megalópolis donde nadie se conozca y nadie sepa quien es. Por otro, la realidad de una autonomía que constantemente da la espalda a los pequeños municipios que la componen y donde curiosamente sigue anidando con fuerza el sentimiento castellano. En realidad esta autonomía que nos fue impuesta para debilitar más aún a una Castilla ya troceada de antemano, sirve para dar de comer a la clase política que no encuentra pesebre en el Senado o en el Congreso de los Diputados. Y también para ser contribuyente neto a las arcas del Estado. Porque la realidad es que Madrid es hoy el motor de toda España. No porque aquí tengamos industrias o una agricultura y ganadería pujantes. Sino porque en su seno alberga a casi 7 millones de contribuyentes, sin cuyos impuestos otras autonomías, por ejemplo, ni si quiera podrían existir. Dicho en castizo, Madrid es hoy la teta de la vaca a la que muchos aspiran succionar. Pero dentro de lo malo, el madrileño no es hoy el ciudadano más saqueado de toda España. Por eso aquí sigue habiendo más dinamismo económico y más posibilidades para desarrollar empresas. Algo que no es bien visto desde el Estado y sobre todo desde la periferia anti-castellana. Quienes estiman que el madrileño debe ser estrujado mucho más para que el dinero de los impuestos siga fluyendo a sus territorios.


Por contra, otros pensamos como los Comuneros de 1521. Que el dinero de Castilla debe quedarse primero en Castilla. Que nuestros impuestos no deben usarse para empresas que nada tienen que aportar al pueblo castellano. Que debe haber una corresponsabilidad entre lo que se paga y lo que se disfruta. Y que el dinero de los castellanos de Madrid, debe usarse primero en las zonas menos desarrolladas de Castilla y luego en otros territorios, donde por no tener, ni si quiera tienen un tren decente. Y ese es el punto de vista que debemos tener como castellanos. O ser solidarios con quienes no tienen trenes o con quienes hace 30 años están comunicadas todas sus provincias por Alta Velocidad.


Madrid necesita de su madre castellana y esa madre necesita de su hija más fuerte. No puede ser castellanista quien acusa a Madrid de latrocinios pero exculpa a la periferia. No puede hablarse en serio de una Castilla unida, segregando de antemano a su provincia más rica. Y debemos seguir confrontando a quienes por intereses anti-castellanos y mezquinos, siguen diciendo que Madrid no tiene identidad. Los madrileños somos tan castellanos como los barceloneses catalanes. Y no puede ponerse como excusa ningún cosmopolitismo estúpido, cuando nadie en su sano juicio aplicaría el mismo para negar a los londinenses su identidad inglesa.


VIVA MADRID Y VIVA CASTILLA UNIDA

domingo, 24 de octubre de 2021

Geografía del movimiento comunero


Publicado originalmente en la web de la Asociación Castilla:


https://www.asc-castilla.org/castilla/historiasup/historia-castilla/geografia-del-movimiento-comunero/



En este año que conmemoramos el quinto centenario de la batalla de Villalar (1521) entre el ejército comunero y las tropas imperiales de Carlos V, conviene situar el marco adecuadamente para evitar llevarnos a engaño en algunas afirmaciones que se escuchan todos los años al respecto.


Fecha esta, la del 23 de abril, de importancia capital para los castellanos, aunque también para los leoneses y otros pueblos vecinos que también vivieron el movimiento, en cada lugar con las especificidades locales correspondientes (luchas nobiliarias entre facciones). Una obra básica para acercarse a la Revolución de las Comunidades de Castilla es la del hispanista francés Joseph Pérez, que en el capítulo correspondiente analiza la extensión territorial del movimiento comunero y sus implicaciones. Lo hace, con buen tino, asociando la existencia de un levantamiento local con la subordinación de los regidores a la Santa Junta que se formó en Ávila. Esto es, distingue por un lado aquellos tumultos provocados exclusivamente por facciones nobiliarias aprovechándose de que Castilla estaba en llamas (pero que no acataron nunca la autoridad de la Santa Junta ni de las Cortes de Tordesillas) de aquellos levantamientos que desde el primer momento se pusieron bajo las órdenes de la Junta comunera o acataron jurídicamente su autoridad.

En este sentido para completar la geografía del movimiento que hace Joseph Pérez, cabe destacar en Castilla los levantamientos de la Tierra de Cuenca, donde la capital se alzó en armas bajo su capitán Diego Manrique, así como Motilla del Palancar, Iniesta y Requena (en esta última el capitán comunero fue Luis de Cárcel), donde prendió con fuerza la Comunidad aunque el bando nobiliario finalmente sofocara la rebelión.

Otra zona de Castilla donde el levantamiento comunero fue efectivo es en La Rioja, prendiendo en las ciudades de Haro, Nájera y Navarrete. El foco riojano sería sofocado por el Duque de Nájera, Antonio Manrique de Lara, a la sazón Virrey de Navarra, que entró a sangre y fuego en Nájera y ajustició a los cabecillas, ejecutando al principal capitán comunero, el bachiller Castillo, cerca del río Najerilla.

Por último hay zonas más desconocidas de Castilla donde también prendió la revolución comunera como Soria (nombrando como capitán al licenciado Rodríguez de Santiago, que sería ejecutado en 1522) y Ciudad Real, que se mantuvo en todo momento fiel a la Santa Junta.

Sin embargo no fue solo Castilla la que se levantó: de capital importancia fue el levantamiento en todo el Reino de León, con Francisco Maldonado a la cabeza, llegándose a controlar las tres capitales leonesas (León, Zamora y Salamanca). También, aunque muy desconocido, fue la sublevación del Reino de Murcia con prácticamente todos sus núcleos importantes: Murcia, Cartagena, Lorca, Caravaca, Yecla y Hellín. Las ciudades y villas murcianas también acataron la autoridad de la Santa Junta, tanto es así que Caravaca envió sus privilegios a Tordesillas para que fueran confirmados por las Cortes comuneras. En Extremadura, por entonces aún muy viva la división entre la Extremadura Castellana y la Extremadura Leonesa, Plasencia se levantó y se puso firmemente del lado de la Comunidad. En la zona leonesa, en cambio, Cáceres se mantuvo en el bando real.


Un caso particular fue Andalucía, o como se llamaba a la región por entonces, Reynos del Andaluzía  (Reinos de Jaén, Córdoba y Sevilla). Aunque Úbeda y Baeza se levantaron en armas por la Comunidad, el resto de ciudades con Sevilla a la cabeza formaron la Liga de la Rambla, una asociación de ciudades que se declararon en el bando real y se unieron con el fin de acabar con la revolución. Uno de los textos conservados en el Archivo de Simancas, procedente de una carta de los regidores de Sevilla dirigida a los de Granada, donde se afirma lo siguiente:

“… que no piensen desde Castilla gobernar en el Andaluzía como en pueblos subjetos a ella”

En definitiva cabe decir que el movimiento comunero tuvo un amplio marco geográfico, si bien participaron con más intensidad los territorios de León y Castilla, especialmente con dos focos bien definidos (Tierra de Campos y el eje Madrid-Toledo-Segovia), pero precisamente por ello no se debe confundir este movimiento con la festividad de una Comunidad Autónoma que se ha arrogado ilegítimamente el protagonismo de los acontecimientos.

Villalar y el movimiento comunero deben ser un motivo de orgullo para los castellanos y para los leoneses, pero no son ni pueden ser patrimonio exclusivo de la Comunidad Autónoma de Castilla y León ni pueden ser motivo para cimentar una identidad autonómica impostada, híbrida e irreal que nunca ha existido. Es Villalar un símbolo que representa la lucha de castellanos y leoneses contra el cesarismo de un imberbe extranjero que acabó enterrando los fueros de ambos reinos y las libertades peninsulares, un joven cuya política sentó las bases de la sumisión de Castilla y su ruina económica. Pero el movimiento comunero fue un fenómeno donde participaron en mayor o menor medida (a favor y en contra) ciudades y villas de Castilla, León, Extremadura, Murcia y Andalucía. Conviene tenerlo presente cuando se escuchen los discursos habituales propios de estas fechas.





martes, 4 de mayo de 2021

Villalar 1521 contado a los niños

 Publicado originalmente en el blog https://pepinillomutante.blogspot.com/ en abril de 2015

Comuneros


“…bajo la lluvia que había atrapado a los ejércitos rebeldes, entre los vencidos, yacía también Castilla, primera víctima de la empresa imperial (…) “ (Fernando Gª de Cortázar)

«Tú, tierra de Castilla, muy desgraciada y maldita eres al sufrir que un tan noble reino como eres, sea gobernado por quienes no te tienen amor» (en la puerta de las iglesias de Castilla)



Érase una vez un país de vastas dimensiones. un país que abarcaba las regiones de Castilla, León, Extremadura, Andalucía y muchas más, CRUZANDO SUS fronteras el ancho mar.

heredó este país un príncipe borgoñón QUE LO ENTREGÓ A un regente y un cortejo de nobles extranjeros. el joven monarca, con sueños de Imperio universal, desconocía el idioma, ignoraba las leyes y usos seculares de su pueblo, y pretendía imponer su voluntad sobre una población educada en la creencia del pacto entre rey y ciudadanos.

este rey, más preocupado de sus aventuras europeas y de conseguir la corona imperial que de sus propios súbditos, pretendía que los pueblos bajo su dominio sufragasen unos proyectos ajenos a sus intereses.

El malestar crecía en sus reinos hasta que una chispa prendió en toledo.
Tras toledo se sublevarían las principales ciudades de castilla.
finalmente, LA NOBLEZA, ALARMADA por el cariz igualitario que tomaba la rebelión, se pondría al frente de las tropas imperiales CONTRA las milicias ciudadanas.

el sueño comunero VERÍASE frustRado en las campas de villalar, aunque algún foco de resistencia perviviría poco más, como LA NOBLE toledo DEFENDIDa por maría de pacheco, BRAVA MUJER, que dios tenga en su gloria.

villalar. 23 de abril de 1521. honor y patriotismo. padilla, bravo y maldonado.

Hasta aquí el breve resumen de los hechos. Desde entonces, la leyenda y la historia han ido entretejiendo el tapiz de lo que fue la revuelta de las Comunidades de Castilla.

----------------El S. XIX y los Comuneros----------------------------------------

Ya en el convulso siglo XIX el mito comunero fue recuperado y reivindicado por gentes de lo más dispar: sociedades secretas, republicanos, liberales, nacionalistas… Diversos fueron los actores que pusieron esta rebelión nuevamente en el candelero. Para el liberalismo los comuneros pasaron a ser iconos de la lucha por la Libertad frente al absolutismo monárquico, y su lucha la primera revolución de la Edad Moderna. También parte de la Tradición reivindicaría la gesta de las Comunidades como ejemplo de la lucha por  la patria contra elementos extranjerizantes.

Decimonónicos son asimismo algunos errores que perdurarían hasta bien entrado el S. XX, como la creencia del morado “comunero” o falso color de Castilla (nuevamente, remito al paciente lector a toda la bibliografía publicada al respecto, o al brillante resumen del tema que se hace en la Web de asc-castilla.org. ). Dicho error cromático tendría su trascendencia en el S. XX, al pasar en forma de franja al escudo del Real Madrid o a la tercera franja de la bandera de la II República (en ambos casos, en honor de Castilla y/o de los Comuneros).

“La sangre de los Padilla, Bravo y Maldonado que corren por vuestras venas y el ardimiento de que guardan memoria estos pueblos de las comunidades, garantizan el éxito de nuestras aspiraciones y deseos.” (Pacto Federal Castellano, 1869)

“…1521, en abril para más señas, en Villalar ajustician quienes justicia pidieran (…) “ (Los Comuneros, Luis López Álvarez)



------------Transición=Traición------------

Volvamos al 23 de abril de 1521 y a su reivindicación. Habrá que esperar a la transición para que el tema de las Comunidades de Castilla vuelva a estar de moda. Pongámonos en contexto: la muerte de Franco abre la caja de Pandora de los nacionalismos e identidades regionales de esta nuestra plurinacional patria. Los nacionalistas periféricos consiguen, en nombre de la reconciliación y el consenso sacar la mejor tajada del nuevo Estado que se pergeña en los despachos y que se venderá debidamente al pueblo.

Se crea así una suerte de Estado cuasi-federal, o más bien de federalismo asimétrico, que se dará en llamar “Comunidades Autónomas”. Los nacionalismos centrífugos logran convertir lo que en principio iba a ser un sano ejercicio descentralizador en una reivindicación del “hecho diferencial”. Vascos, catalanes, gallegos e incluso andaluces consiguen que se fabrique una nueva España a su medida, con dos tipos de autonomías y de españoles: los de 1ª (las mal llamadas nacionalidades históricas) versus “resto-España”.

En ese “resto-España” terminará precisamente, y no de modo casual, el principal artífice de la unidad de las tierras peninsulares (salvo Portugal). Sí, avezado lector, Castilla, columna vertebral de España, pasa así, de la noche a la mañana, y gracias a las hábiles jugadas de todos sus enemigos (1) de ser dos regiones históricas a 5 engendros autonómicos. Sobre este tema del descuartizamiento de las dos Castillas, la segregación de Madrid (motor económico de Castilla) y la anexión de la región leonesa a los restos de Castilla la Vieja, ya hemos hablado en otras entradas y remito al lector a otros blogs páginas.

--- Las verbenas de Duerolandia, Madroñistán, Quijotelandia y otras taifas del montón ---

¿Qué tiene que ver todo esto con la “celebración” de la derrota de Villalar? Por fin llegamos al quid de la cuestión. Las nuevas comunidades autónomas coincidieron en toda España con las regiones que algunos estudiamos en el colegio. ¿Todas? NO. Las dos Castillas y León, como ya hemos señalado, se vieron “castigadas” y convertidas en carne de cañón del nuevo régimen en nombre del “bien común”.

Los diversos engendros resultantes de la partición de Castilla reivindicaron sus propias banderas, señas de identidad y rasgos diferenciales. Los cántabros se inventaban un comic de Astérix sobre un pueblo prerromano que ya nada tenía que ver con los actuales montañeses. Los riojanos hacían de una D.O. vinícola una región medio vasca, medio navarra, renegada de sus raíces castellanas. El engendro “cajtellano-manchego” (sic) echó mano de Don Quijote, los molinos y las “tres culturas”. El Madroñistán se apropió de una gesta, la del “Dos de Mayo”, patrimonio de toda la nación.

Los restos de Castilla la Vieja y el anexionado León se creyeron (más bien les hicieron creer) herederos legítimos y únicos de lo que fue una corona plural. De esta manera, se apropiaron para el invento autonómico de una bandera, la cuartelada, común a todos los pueblos de la Corona de Castilla y León, desde Finisterre hasta Cabo de Gata, desde Villaviciosa hasta Nueva Granada y Filipinas.

Del mismo modo,  la reivindicación de la gesta comunera, patrimonio común de todos los castellanos y leoneses (y buena parte de andaluces, extremeños…) se convirtió en monopolio de la recién creada taifa “duerolandesa”. De nada serviría que en los primeros “villalares” subiésemos gentes de Madrid, Guadalajara o Cuenca. De nada sirvió que fuesen comuneras ciudades no castellanas como Plasencia, Murcia, Baeza…

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El que la revuelta naciese y muriese en Toledo, tampoco importó. El 23 de abril se convirtió en “fiesta regional” del invento castellanoleonés, al igual que el Dos de Mayo de la “Autonosuya chupiprogrecañíespañolaymultigutural”.

Algunos desde el castellanismo creemos que el “Día Nacional” de Castilla debería ser otro, por diversos motivos, algunos ya citados. Pero también sentimos como nuestra una festividad que se nos hurtó. Hoy día, los mismos que dividieron y ningunearon a nuestra tierra, lucen palmito en la campa. Orgullosos de su mentira, desde la ignorancia o el interés. Mentiras, mentiras, mentiras. La transición se edificó sobre mentiras, mentiras sobre nuestra Historia, mentiras sobre nuestra identidad. No sé cuál será el modelo territorial de la España del S. XXI. Ignoro si seremos República, Monarquía, República Federal o Califato. 


Pero desde luego tengo muy claro que hasta que no se reconozca a Castilla como parte esencial y diferenciada dentro de la Nación, no sólo no se hará justicia a la sangre derramada por los Padilla, Bravo y Maldonado, sino que España seguirá siendo el Estado más absurdo de toda Europa, con unos territorios periféricos y egoístas que seguirán aprovechándose de la sangría y despoblación de las tierras del interior. Eso si no se independizan definitivamente y nos convierten a los demás españoles en protectorado.
 

 
Villalar1978TRANSI1

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(1) Independentistas periféricos, oligarquías locales, y todos los “trepas” del nuevo régimen que se venía.
villalar